Inna lució absolutamente maravillosa, posicionándose número uno en todos los rankings de las mejores en traje de gala. Su presencia en escena fue etérea, como un ángel, irradiando elegancia, fuerza y sensibilidad en cada paso.

El país entero se ilusionó; miles de personas vibraron con su presentación y muchos incluso lloraron de emoción, conmovidos por un momento que ya quedó grabado en la memoria colectiva.

La creación, obra del destacado diseñador ANAZ de Indonesia, fue una verdadera pieza de alta costura que elevó aún más una noche histórica.